Educación y Cultura

Poco a poco, España, va consiguiendo aquello de lo que se jactaba Groucho Marx en sus memorias y que en este caso se podría adaptar como “España, partiendo de la nada y con su sólo esfuerzo, ha conseguido pasar de la pobreza hasta alcanzar las más altas cotas de miseria”

Dije no hace mucho que por más que nos sintiéramos europeos continuábamos definiéndonos como Puerto Urraco, boina calada y vara para atizar. Desgraciadamente sigo pensado lo mismo.

Por vueltas que le doy sigo terminado en el mismo lugar, pensando que hay dos cosas importantes por las que deberíamos apostar antes de que perdamos el mínimo de personalidad y vergüenza que nos queda: Educación y Cultura.

Solo a través de la educación es posible formar personas de verdad. Personas capaces de ser tolerantes con todos los demás. Gente capaz de convivir y compartir ideas y creencias distintas entre el resto de humanos de su entorno. Mientras no haya esa educación continuaremos siendo cortos de miras, incapaces de entender a otros o hacernos entender por ellos. Prevalecerá la verdad del que más grita, del que pega más fuerte o del que forma parte del grupo con mayor número de descerebrados. Sin educación se puede vencer, eso siempre, pero jamás convencer.

Solo a través de la cultura se formarán personas que entiendan la Historia y que a través de ese conocimiento puedan ser educadas con los demás y con ellos mismos. La Cultura, el Saber, el Conocimiento, es lo que nos hace grandes. No me refiero a títulos rimbombantes ni a Masters con nombres enrevesados llenos de palabras sajonas; hablo simplemente de la cultura que se adquiere al leer, al emprender el aprendizaje del viaje humano que comenzó hace unos miles de años. Hablo de la tarea de pensar, simple y llanamente, hacer eso que se da en llamar filosofía y que apenas sin salir de Grecia puede sernos tan útil. Sin la cultura básica nadie puede llegar a nada. Sin lenguaje, las palabras no harán sino perderse, si no hay palabras es imposible compartir o explicar ideas, si no hay ideas somos carne de cañón para cualquiera que desee manipularnos.

Eso lo saben los que mueven los hilos. Lo saben tan bien que van intentando destruir la enseñanza pública, el embrión de lo que debería generar Personas al final de cada ciclo formativo. Una enseñanza pública que pretende enseñar Matemáticas a niños a los que no se enseña a pensar; que pretende enseñar Lenguaje desde el idioma de la patria, de la autonomía y otro foráneo sin ser capaz de incentivar a ningún niño el amor por la lectura ni el amor por ninguno de los idiomas enseñados; que pretende enseñar Historia sin explicar ninguno de los por qué.

¿Es culpa del sistema educativo? No. Rotundamente no. Es culpa nuestra, de los padres. Nosotros somos los primeros culpables ya que nosotros somos los primeros incultos y mal educados. Nosotros somos los primeros que nos hemos dejado llevar por un aburguesamiento cómodo que nos ha adormecido de tal modo que ya no podemos transmitirles a nuestros hijos lo jodido que va ser su futuro. Somos la primera generación realmente importante de Imbéciles que ha aceptado vender su alma por un supuesto estatus. Solo en nuestra mano está dar el primer paso, primero educándonos nosotros y después educando a nuestros hijos y exigiendo que la enseñanza mejore. ¿Lo conseguiremos? Desde mi pesimismo imagino que no al 100%, pero hemos de intentarlo antes de que sea demasiado tarde para todos.


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