viernes, julio 23, 2010

Huelgas de verano

En la vida va muy bien tener la sartén por el mango. Aquellos que la tienen son envidiados por los demás –entre los que me incluyo. Sinceridad ante todo – pero a veces ocurre que el agravio comparativo entre la sartén y el mango es abismal.
En estos días de comienzo vacacional, para la gran mayoría, nos las hemos de ver con otros colectivos de trabajadores iguales que nosotros, pero que tienen el mango cogido. Sí, me refiero a ellos, a todos los que se encargan de que el resto de españolitos nos podamos desplazar de un lugar a otro para disfrutar del merecido asueto.
No quiero decir con esto que no tengan derecho a la huelga, ese derecho lo tenemos todos, aunque la gran mayoría no pueda hacer uso de él tal y como funcionan la empresas en este país. Ellos, al igual que todas las grandes empresas protegidas por los sindicatos, se la pueden permitir, y eso es algo maravilloso.
El problema grave es cuando, para hacer más presión mediática, nos incluyen a todos en ella. Lo jodido es que, haciendo uso de su derecho y su libertad, coartan la libertad del resto de gente. Ahí, señores, ya no estoy tan de acuerdo.
Desde el momento que la libertad de uno solapa la libertad de otro, se rompe la base ética en la que se encuentra dicha palabra y se modifica su significado.
La libertad es un derecho del ser humano, así lo entendió Locke hace años, pero es un derecho que comporta una gran responsabilidad. Esa responsabilidad es la que no se tiene en cuenta cuando los derechos de unos pocos destruyen los derechos de otros muchos, eso es fascismo.
La suerte que tienen, señores, es que la gran mayoría jamás se pondrá de acuerdo, pero… ¿Se imaginan que todos decidieran no ir en tren o en avión durante un corto periodo de tiempo? Hoy por hoy es un imposible, es cierto, pero si siguen por esa vía de presión pude llegar el día en el que la mayoría de la sartén salga de ella y les desequilibre. Yo no lo viviré, es cierto, pero sería tan bonito que algo así pasara.
Un piojo apenas afecta al perro, pero un millón tal vez lo desangren.

2 comentarios:

Anapana dijo...

no tinc una opinió clara sobre el dret de vaga, per una banda és un dret dels treballadors, i d'altra banda de vegades es por fer un ús en bé dels propis interessos i en detriment dels drets dels altres treballadors.
Segurament és fruit d'una societat construïda sobre la injustícia social.
Segurament en Marcelino Camacho ens podria donar una lliçó a tots plegats.

Unknown dijo...

Per a mi, la definició correcta en aquest cas es la segona.
Si bé t'ho mires també es una descripció sintetitzada de la paraula dictadura.
Potser aquest simil és el més m'emprenya.