domingo, septiembre 26, 2010

Sé todos los cuentos

Leí hace poco que el “Sindicat d’Estudiants” ha denunciado la creciente degradación que se está produciendo en la enseñanza pública de Cataluña, lugar al que pertenezco, tierra a la que “amo” y centro de experimentos sociológicos. Decía dicho sindicato que solo se destinaba un 3,1% del PIB frente al 5% de media en Europa o el 4,4% de la media española. Hojeando otro de los periódicos encontré que Barcelona es la 4ª ciudad de este ficticio país en número de centros privados (uno por cada 5.417 habitantes).
Yo no sé vosotros, pero a mí me da que pensar y lo veo nítido: Si la enseñanza pública tiende a cero mientras la privada tiende a infinito se concluye que la intención es ahondar el abismo entre la gran masa obrera inculta y la gran preparación de las minorías dirigentes. Corolario: A más masa humana inculta y no crítica, mayor posibilidad de manipulación por la minoría dirigente.
Se puede argumentar que lo que debemos hacer es llevar a nuestros hijos a escuelas privadas o concertadas (las peores y más parasitarias) y fin de la historia. Pues no, neguémonos. ¿Para que sirven entonces nuestros impuestos? ¿Para mantener a poderes fácticos inmovilistas. Léase Iglesia, políticos, burguesía, ejercito? Todos ellos van a continuar haciendo lo único que saben hacer, vivir del cuento y de la piel del pueblo. Los políticos montarán lo que haga falta para salir en la foto histórica incluida la ruina económica o social de la gente. Los militares, si pueden, harán incluso una guerra para subir en el escalafón militar. La burguesía comprará a unos y a otros para redistribuir la riqueza a su antojo y el clero estará al acecho para humillarse ante cualquiera de ellos y sacar tajada. La Historia siempre ha sido así. No cambia salvo que el pueblo la cambie. Sino mirad el origen de la revolución francesa, la que derribó el antiguo mundo medieval creando un mundo nuevo en el que la palabra “derecho” se atribuía al individuo.
Sé que es difícil, por no decir imposible, luchar y derribar al actual sistema global de control y manipulación. Soy consciente, pero lo que no podemos es conformarnos y pensar que vendrá un valiente caballero a sacarnos las castañas del fuego. Los tiempos de los súper héroes murieron con Marvel. En cambio sí que podemos defendernos. Podemos intentar reducir la estupidez de nuestros retoños educándonos nosotros para intentar educarles a ellos enseñándoles lo que no aprenderán en el colegio, en el televisor o en los videojuegos. Darnos cuenta, nosotros, de que la vida real no es la que prolifera en los anuncios ni en la series Light, que lo que nos cuentan los noticiarios y los periódicos no tiene porque ser verdad y transmitírselo a nuestros hijos para que sean menos tontos. Que piensen por sí mismos, que cuestionen las enseñanzas a través del aprendizaje crítico en casa y con sus padres. Reconocer al final que tal vez no venzamos jamás pero que cabe la posibilidad de que si reducimos nuestra estupidez podamos dejar plantada una pequeña semilla de revolución futura.
Para terminar un breve poema de mediados del siglo pasado pero que sigue contándonos un hermoso cuento:

SÉ TODOS LOS CUENTOS
(León Felipe)
 Yo no sé muchas cosas, es verdad. 
Digo tan sólo lo que he visto. 
Y he visto:
 
Que la cuna del hombre la mecen con cuentos,
 
que los gritos de angustia del hombre los ahogan
 
con cuentos,
 
que el llanto del hombre lo taponan con cuentos,
 
que los huesos del hombre los entierran con cuentos,
 
y que el miedo del hombre…
 
ha inventado todos los cuentos.
 
Yo no sé muchas cosas, es verdad,
 
pero me han dormido con todos los cuentos…
 
y sé todos los cuentos.

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