Se empieza a hablar en serio del moviendo “15M” y de los “indignados” y sino, mirad lo que se habló ayer en Los desayunos de TVE (para los que no dispongáis de tiempo podéis ir al minuto 15:45, pero si disponéis de tiempo aprovechad para ver la entrevista que le hace la periodista a Felip Puig “carafrankito”).
Se apunta en las palabras de los tertulianos la posibilidad de que se promueva una huelga general y se dice, también, si se debería contar o no con los sindicatos.
SINDICATOS
En mi modesta opinión creo que “NO”. Aceptar ahora a los sindicatos sería un completo error. Primero porque si se les acepta, aceptamos también la politización de un movimiento que, hoy por hoy, prefiere mantenerse al margen. Segundo porque los sindicatos están tan vendidos al sistema y sus actuaciones son tan vergonzosas que harían lo indecible por acabar con nosotros. Tercero, y más importante, porque no les necesitamos para nada. Pensad que el #15M, un movimiento sin ninguna cabeza visible, consiguió aglutinar el #19J el doble de gente que todos los sindicatos juntos en la última huelga general. ¿Quién necesita a quien?
HUELGA
No sé hasta que punto ha de ser necesaria. Lo necesario ahora, en mi humilde opinión de ciudadano de a pie, es repetir una y otra vez lo sucedido el #19J. Repetirlo y sumar. Sumar cada vez a más gente que se saque la venda de los ojos. ¿Qué se conseguiría con la huelga? Las necesidades de aquellos que tienen la suerte o la desgracia de estar trabajando les impediría secundarla; y encima el sistema culparía al #15M hasta reconvertirlo en el malo de la película. Me reitero en lo que dije hace ya unos días. Que cada viernes, en cada pueblo, en cada barrio, en cada una de las ciudades, la gente salga a la calle de manera festiva a exaltar su indignación en las plazas. Que los ciudadanos que se vean capaces, den explicaciones a los indecisos de hacia donde nos lleva este sistema vírico que acabará con todo si no lo frenamos. Que una vez al mes se repita un #19J cada vez mayor hasta que colapse las propias ciudades.
CONCLUSIONES
Lo que necesitamos es que los intelectuales de verdad se pongan de nuestro lado y nos cuenten lo que no sabemos. Que los universitarios se pongan de nuestro lado gestionando información que muchos no conocemos. Necesitamos aprender más para ser menos ciegos y menos manipulables. Es necesario que aprendamos y podamos transmitir que este mundo occidental ha dejado de ser viable de cara un futuro demasiado próximo y que darle al sistema más sangre y sudor del pueblo a cambio de abalorios no les será rentable a nuestros descendientes ni a nosotros mismo.
El sistema actual está abocado a un cambio del statu quo del que 3.000 millones de seres humanos son desechables y nosotros podemos estar incluidos en el desecho. Esto es lo importante y lo realmente grave, y si no lo cambiamos nosotros, no lo va a cambiar nadie
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