Iglesia y elecciones anticipadas

Hoy  van los obispos, esos seres raritos, adiposos, de manitas cuidadas y con caras de pedófilos, que saben más del amor que los casados y más de sexo que Rouco Sigfredi (Pensasteis en  Varela, que os conozco) y se ponen a pedir. Pero no a pedir por la miseria del mundo, no, a lo más que ellos se acercan a la miseria es cuando ponen a parir a aquellos que reparten condones por África. Pues no, ellos, en un despropósito de vanidad absoluta, se ponen a pedir elecciones anticipadas. Como si eso fuera con ellos. Se pillan la COPE y se montan un encuesta tan falsa como ellos mismos para que vote hasta Eva, la que comía fruta después de los encuentros con la serpiente, ese ser largo, grueso, cilíndrico y bastante ductil.
La cuestión es la siguiente:

¿Verían lógica la petición por parte de los laicos de una castración química a todos y cada uno de sus curitas desviados?

¿Aceptarían ellos que entráramos en “sus” iglesias a pedir amplificación en los confesionarios?

¿Darían por bueno que pidiéramos que las novicias vistieran con falda corta y lamiendo un chupa chups? Imagen  por otro lado más hermosa y que nos acercaría más a la fe.

¿Entenderían como maniobra de marketing que la transustanciación del Cristo se hiciera con bocadillos de jamón en vez de esa pastita insulsa donde lo meten, al pobre?

Tengo la extraña sensación de que no les iba a sentar nada bien. Nada le sienta bien a la iglesia cuando los jodidos son ellos. Dos mil años de joder al prójimo les mantiene los esfínteres apretados y virginales. Mejor harían, si su fuerte y casta necesidad es joder, en marchar de excursión a sus conventos y a sus seminarios y solucionarse los problemas de bajos entre ellos.

Si tanto les jode que se metan con ellos, harían bien en no salir a joder a los demás

Imagino que al final habré de pedírselo directamente a Dios.