No
hablaré de lo cómico que es el hecho de que quien ha interpuesto la
demanda se identifique con el nombre de Tomás Moro, el célebre
autor de “Utopía”, un humanista que soñó con una República en
que los ciudadanos disfrutaran de una total libertad religiosa.
También se habrán encargado otros.
No
quiero caer en el chiste fácil de desaconsejar la multa promoviendo,
en cambio, la lapidación, algo tan en boga en las sociedades
fundamentalistas con turbante.
No
me reiré del hecho de que a Krahe, como gesto de aprecio, habría
que quemarle.
No
amigos
y amigas. Esto es un homenaje a Javier Krahe. Desde este humilde blog
deseo lanzarle un mensaje de optimismo y apoyo, y hacerle partícipe
de que si le toca pagar la inmunda multa y su economía está mermada
(que el tabaco está muy caro), soy de los que aportará un granito
de arena en el montante que pueda permitirme (que el paro tampoco me
permite convertirme en amante de mujer cristiana)
Concluyo
con una reflexión: Si el
catolicismo manda literalmente a Cristo a la mierda, ¿Por qué
va a sentarles mal que nos cocinemos un Cristo en una cena de amigos?
Hacedlo sin reparos que el Dios del Nuevo Testamento os lo perdonará.
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