miércoles, junio 13, 2012

Esperanza Aguirre y los Intocables


Una lectura personal de esta noticia

Que pronto se detiene a quien osa entrometerse o meterse con las “ratas” que nos gobiernan. Endiosadas como están, su margen de tolerancia al contacto, a la critica, incluso al insulto (merecido las más de las veces) es totalmente nulo. Por eso allí por donde se mueven se rodean de perros amaestrados y los lanzan a morder ante la menor duda. Desgraciadamente recuerdan demasiado a Hitler, su ídolo, cuando en su absoluta cobardía se parapetaba tras las SA y más tarde tras las temidas SS.
Que deprisa, en cambio, se auto eximen de responsabilidades en temas tan graves que llevarán a la ruina y de manera irremediable a más de una generación de ciudadanos, echando por tierra muchísimos años de esfuerzo común. Cómo escurren el bulto a la hora de dar explicaciones de sus tremendos despilfarros, de Bankia, de Rato, del amiguismo que pobló las diferentes “cajas” de completos incompetentes de zarpa fácil que han perpetrado uno de los expolios más vergonzosos que ha vivido esta triste Hispania y que nos costará más del doble de los recortes hechos en Sanidad y Educación.
Pero para las “ratas” es prioritario que esto último caiga en el olvido, lo mismo que es prioritario que todo el que se atreva a cuestionarles termine en prisión. Ellas pueden arruinar un país pero se ofenden hasta el insulto cuando se pita un himno y a un monarca que nos insulta con sus actos.
Pero ya no nos engañan, ninguno de ellos nos engaña ya. En su misma arrogancia se ponen en evidencia y se nos muestran tal cual son, escudados, todos ellos, en esa falacia llamada patriotismo. Y como decía Samuel Johnson: “El patriotismo es el último refugio de los canallas”, y como tales se comportarán. Ella y el resto de los de su calaña.
Porque llegado el momento, cuando por su culpa Hispania se hunda, actuarán como las “ratas” y huirán de este barco, con el buche lleno, gran parte de la economía real en paraísos fiscales y abandonando a los pasajeros de tercera para que se jodan y paguen su inacción.

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