Ya dije en una entrada anterior que me daba la sensación de que en Catalunya, actual tierra de provincianos, se había terminado la crisis.
Si entonces fue una sensación, ahora puedo confirmarlo. Y lo hago a raíz de una decisión que ha tomado el señor Artur Mas: ha subido en 12000 € el sueldo a siete altos cargos de confianza que ejercen como jefes de gabinete. Con esta escueta subida del 25% sus sueldos quedan en 60000 € anuales (visión conservadora) nada alejada de la media de sueldos de Hispania.
Como verán mi conclusión debe ser correcta, dado que confío plenamente en la ética y buen hacer de este caballero. Si ello no fuera así debería pensar de él que es un completo impresentable, al igual que el resto de políticos que nos desgobiernan. Pero prefiero pensar lo primero. Es más loable.
Dicho lo anterior creo que ya no debemos preocuparnos. En breve Catalunya se codeará de tú a tú con los salarios del resto de países ricos. Podrán venir gentes de todos los rincones a esta maravillosa tierra, donde a los perros se los ata con longanizas “ibéricas”.
Ahora lo que queda es forzar a las empresas a que muestren el mismo grado de coherencia que el señor Mas y suban los salarios de los trabajadores, como mínimo, un 20 %. Lo mismo que deberá suceder con los funcionarios.
Con la sabia decisión del amigo Mas queda claro que han dejado de existir problemas en las administraciones, que se hace innecesario privatizar nada, que la escuela pública pasará a ser la escuela maravillosa que prepare a futuros contribuyentes.
Que sabia decisión la de todos aquellos que le votaron. Cuan errados estábamos los que desconfiábamos de su buen hacer.
Gracias, amigo Artur Mas, por devolverme la confianza en este país “al que tanto le debo” sin comerlo ni beberlo.
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