La justicia británica ha fijado una fianza de 240.000 libras para el amigo Assange (unos 283.000 €). Para acabarla de joder, no acepta cheques sino pago en metálico (¿Será por temas fiscales?). Por si esto fuera poco, deberá entregar el pasaporte, permanecer la mayor parte del tiempo metido en casa, presentarse cada noche en comisaría y llevar un localizador electrónico.
Bueno, por lo que pueda pasar lo primero que he hecho es comprarme diez paquetes de condones. No porque folle mucho, en absoluto, pero vale la pena prevenir. Y ese fue el problema que tuvo Julian, que en vez de prevenir se dedicó a pregonar, y esas tres simples letritas le han provocado el estar por delante en el ranking de “malos del cagarse”, por detrás de grupos terroristas y el tejano camuflado tras barba y turbante. Es un chico malo que pregona cosas feas de gente que manda mucho y eso, amigos, no lo tuvo en cuenta el australiano.
Si en vez de hacer ese tipo de guarradas hubiera hecho cualquier otra cosa, que sé yo: violar, estrangular y mutilar mujeres en Ciudad Juárez, ser un cura pederasta, prostitución infantil. Cualquiera de esas tonterías que carecen de toda importancia si se hacen como deben hacerse las cosas, sin pregonar nada y estando del lado del poderoso. Pero él no, el puso el nardo en caliente dentro de unas señoritas altamente asépticas y así le fue.
Yo, lo dicho, a partir de ahora me masturbaré con goma por si las cámaras.
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