viernes, octubre 08, 2010

Visita del Papa a Barcelona 3

No paro de ver reseñas en los periódicos relativas al coste que tendrá el viaje papal para hacerle un contrato de arrendamiento a Dios en el edificio de la Sagrada Familia, que una vez arrendado parece ser que cambiará su categoría de edificio por el de basílica.
Viendo los números no me extraña que la gente de a pie se acabe haciendo un lío. Todas las cantidades que se barajan en los periódicos andan entre los 500,000 y los 700,000 euros, razón por la cual me he encontrado a gente que comenta que “el viaje del Papa solo cuesta medio millón de euros”.
Seamos honestos. Ese dinero solo es el coste de la visita, punto pelota. De esa cantidad hay 300,000 euros que han venido de donativos, el resto, aunque la Iglesia quiera decir otra cosa, también viene de todos los españolitos. Pensad que esa camarilla, tan cristiana ella, no da ni la absolución de los pecados a no ser que vaya a sacar tajada.
Por otro lado, faltaría cuantificar el importe que costará dicho capricho en “seguridad”. Tengo la teoría de que barato no nos va a salir, sino, ¿Cómo es que no aparece ningún presupuesto sobre ello? Nos toman por estúpidos, y eso debe ser cierto en el caso de la mayoría, pero algunos no debemos aceptarlo así como así. No podemos olvidar que nos visita un Jefe de Estado, no un curita fashion de lujo. No podemos olvidar que va a venir también el monarca de algunos españoles, aunque las cervezas se las paguemos entre todos. Van a venir infinidad de personalidades simplemente para salir en la foto histórica Y yo me pregunto aquello que ya se preguntaba Pink Floyd hace unos cuantos años “¡Crisis! ¿Qué crisis?”  Para esos fastos no hay crisis amigos míos. Para un festejo añejo, carpetovetónico, fuera de época y de lugar no existe tal crisis. De hecho cuando lo repartan entre todos los españolitos de a pie va a representar poco menos que un par de birras por cabeza, pero yo digo ¡Joder, son mis birras! Esas que mi menguado poder adquisitivo me impide tomar en la terracita de un bar. Para colmo se las tomarán dos de los poderes fácticos que me dan más grima: la monarquía y la iglesia. Insultante.
Aunque lo insultante del todo es la movida que ya se está haciendo con la gente que tiene la desgracia de vivir por allí donde el Papa pase. Solo por vivir ahí están siendo mirados con lupa y culpabilizados a priori. Triste, muy triste.
No puedo decir que me cague en Gaudí, su obra me gusta desde siempre, pero creedme que de unas semanas para acá lo ando pensando más de lo tolerable.

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