¿El obispo de Alcalá cura la homosexualidá?
Ciertamente, cuando uno las lee se le parte el corazón al
encontrar párrafos como éste “No puedo decir que “estoy curado” ni mucho menos, pero sí que
estoy mucho mejor. Y lo que sí puedo asegurar es que yo vivía en un infierno
(de mi propia soledad y desprecio) y ahora vivo con una sonrisa, queriéndome
más y pudiendo querer a los demás” o este otro: “Se está
condenando a muchos jóvenes y adolescentes a llevar y aceptar un estilo de vida
gay, en el que no solo no encontrarán el
verdadero amor, sino que además encontrarán a menudo soledad, desesperación,
frustración... Por no hablar de la fuerte actividad sexual que este estilo de
vida implica, y que, aparte de suponer la transformación de personas en
objetos de diversión, supone también un gran riesgo para la salud, con
enfermedades como el sida”
Porque es muy jodido que se esté condenando a llevar y
aceptar un estilo de vida de maricón, bujarrón, bollera o tortillera (porque,
señor obispo, hable con el corazón, no camufle las palabras de su mente con
flores y mente las cosas por su nombre). Es terrible vivir en un infierno y
convertirse en objeto de diversión de otros.
Cuanta razón tiene el monseñor, casi todos los jóvenes de
ambos sexos que conozco, llegados a una edad y si sus padres no lo evitan, se
ven abocados a ello. A ese momento terrible del toqueteo, de la palabras
lasciva, del acercamiento baboso con falsos argumentos, promesas engañosas y
paraísos inexistentes.
Pero él y yo sabemos realmente de qué hablamos. Porque cuando los pobres
niños comienzan su catequesis se incrementa por mil la posibilidad de que
terminen agredidos por alguno de sus curas bajo cuya sotana se
esconde el carnero demoníaco que les transformará en esos objetos de diversión
que usted propugna para hacerles vivir el infierno de por vida.
¿Creéis que se atreverá el tipo éste a decirme que no tengo
razón? Yo, que podría presentarle cientos de cartas de aquellos que
cayeron en las garras de sus viciosos y que también enfermaron para siempre de cosas
mucho peores que la homosexualidad ¿O alguien se piensa que las cartas que
presenta él van a ser más veraces que las que pueda presentar yo?
Pero hasta Dios sabe que habrá siempre una realidad que
hará que la verdad y la certeza se decanten de mi lado, Obispo Homófobo, y es
la cantidad real de niños y niñas agredidos por la curia en cualquier lugar y
época contra cuatro cartas inventadas por usted y su equipo para dar
credibilidad a una homilía propia de un depravado que haría vomitar a su
propio Dios, caso de existir.
Terminaré con un experimento.
Que mire el señor obispo las fotos de abajo durante un
minuto
Si la primer imagen le sigue ofendiendo más que la segunda y en sus homilías arremete más contra lo que representa la primera que contra lo que representa la segunda es
que es un enfermo mental peligroso y debe ser apartado de la Sociedad a la mayor brevedad posible.
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