En 1950 Ayn Rand decía:
“Cuando
advierta que para producir necesita obtener autorización de quienes no
producen nada; cuando compruebe que el dinero fluye hacia quienes
trafican no bienes, sino favores; cuando perciba que muchos se hacen
ricos por el soborno y por influencias más que por el trabajo, y que las
leyes no lo protegen contra ellos sino, por el contrario, son ellos los
que están protegidos contra usted; cuando repare que la corrupción es
recompensada y la honradez se convierte en un autosacrificio, entonces
podrá afirmar, sin temor a equivocarse, que su sociedad está condenada.”
Hemos llegado a un momento histórico en el que los poderosos, no solo aquí sino en la mayoría de países, legislan en contra de la ciudadanía. Estamos en un tiempo en el que se premia o perdona la corrupción y se castiga duramente a aquellos que luchan contra ella (El juez Garzón es un caso emblemático). Hoy, conceptos como "Honestidad", "Libertad", "Verdad" o "Razón", han pasado a ser simples palabras si sentido utilizadas únicamente en campañas electorales para engañar las mentes de los simples.
Un tiempo, en fin, en el que nuestros políticos promueven un estado policial, al estilo del que creó Hitler y gestionó Himmler, intentando inculcar un miedo generado por ellos mismos para manipular a las masas.
Debemos evitarlo, es nuestro deber defendernos. Y debemos hacerlo, pero de una manera pacífica, evitando la violencia y usando la violencia del sistema en nuestro beneficio.
Una de las formas que tenemos de conseguirlo es grabando todo lo que suceda a nuestro alrededor y que pueda servir para que miles de ciudadanos, todavía ciegos, puedan volver a ver.
Una de las formas que tenemos de conseguirlo es grabando todo lo que suceda a nuestro alrededor y que pueda servir para que miles de ciudadanos, todavía ciegos, puedan volver a ver.
Debemos utilizar sus mismas armas y desenmaracarar a todos los infiltrados revienta-manifestaciones con los que nos obsequia un Poder que empieza a temernos.
Pues ahí va éste video.
Una pequeña lección de "Cómo filmar una revolución".
Recordad que ésta, junto con nuestras voces y nuestro número son las únicas armas de las que disponemos y que, bien utilizadas, han de llegar a ser suficientes.
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