Ayer hubo una Conferencia de Cucarachas… Perdón, una Conferencia de Obispos en EEUU en la que presentaron un estudio que habían encargado a la Universidad John Jay, en New York, la más prestigiosa en asuntos de criminología.
Esos súper analistas, tras cinco años analizando y estudiando docenas de casos de sacerdotes pederastas, llegaron a una conclusión clarificadora:
La culpa no fue de ellos sino de la época (sic)
¡Joder! Me he quedado a cuadros. Yo, como militante anticlerical y profundo despreciador del catolicismo y lo que representa, he estado viviendo en el error más absoluto; en una ceguera inmunda tejida por el Diablo que no me dejaba ver la verdad de las cosas. No fue culpa de ellos, Manel, has vivido en el engaño…
Lo que no me queda claro es cómo se lo montaba la “época” para saber qué pederasta era sacerdote y cuál no lo era, ya que dudo mucho que lo supiera por la sotana pues esta es de quita y pon. Digo esto porque entonces no entiendo por qué los pederastas que no son sacerdotes deben pagar por ello. ¿A los laicos no les afectó la “época”? ¿La “época” es un virus selectivo? ¿Los sacerdotes que sean pederastas en la actualidad, fueron infectados por aquellos otros? ¿Si me lanzo a ser pederasta he de abrazar antes la fe católica para que el virus me infecte? Todo son preguntas complejas.
Llegando más lejos, si la culpa fue de la “época”, ¿No debería esta ser juzgada y condenada ya que los sacerdotes no tienen ninguna culpa?
Y es que la “época” es muy mala asesora. No quiero ni imaginarme, dentro de cuarenta años, la de culpas que se le podrán atribuir a la “época” actual. Por suerte, en esa otra “época” me dedicaré a la jardinería y estaré criando malvas.
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