Mal anda el catolicismo si han de echar mano del último Papa para elevar un santo más a los altares. Y es que los tiempos cambian que es una barbaridad.
Hace años, sin apenas moverse de casa, florecían santos y beatas como los champiñones. Ibas a un pueblo y te encontrabas a unas vírgenes que habían entregado su vida por proteger un himen entregado al altísimo. Ibas a otro pueblo y te hablaban de otros que no habían renegado de su fe a pesar de haber sido confundidos con buñuelos de cuaresma. Incluso alguno, en una clara sintonía con Woody Allen, se permitía comentar que le dieran la vuelta, que ya estaba frito por uno de los lados. Eran santos y santas de verdad. Amantes del masoquismo más puro y doloroso que se reían del martirio mientras le guiñaban un ojo Dios.
Eso sin hablar de milagros. En cualquier pueblo, comido por la miseria, la peste y los actos vandálicos del pueblo vecino; el santo de turno hacía caminar a un tullido o devolvía la vista a un ciego. Aunque bien pensado, el milagro de verdad hubiera sido dejar que se murieran esos dos y solucionar los problemas al resto. Pero bueno, eso es otro tema que ya tendría que ver con la cantidad de curro que le representaría al Altísimo.
Lo cierto es que eran tiempos más jodidos y parece ser que cualquier cosa era mejor que quedarse en la Tierra. Ahora no, ahora cualquier católico reniega de su fe por un coche de lujo o un pequeño yate y a las vírgenes no las encuentras por ningún sitio ya que a la más mínima se encaman con un uruguayo o con un italiano en vez de hacerlo con un autóctono del lugar.
Igual sucede con las apariciones marianas. Antaño andaba uno paseando y a pesar de la poca luz se le aparecía la Virgen. Era lo mismo que se andara por Lourdes o por Valdemorrillos de los casposos. María bajaba del cielo y se echaba unas charlas como una colega más. Hogaño no. Ahora no se acerca ni a preguntar la hora. Como si ella misma desconfiara de la obra de de su hijo que es el padre que es la paloma que la preña (milagro de los milagros y chiste de los chistes).
Lo dicho: malos tiempos para encontrar santos y beatos si el Vaticano ha de echar mano del que atacó y amenazó a aquellos clérigos que se decantaron por defender a los pobres acusándoles de marxistas en su ceguera anticomunista. El que dio un paso a trás al concilio vaticano II creando una iglesia mucho más clerical, masculina, ortodoxa, centralizadora y sin visión de pueblo de Dios.
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