Leo más adelante de la noticia: «Casal, que tuvo que rectificar ante la amenaza de expulsión del partido formulada por la presidenta regional, Alicia Sánchez Camacho, denunció que se había violado su derecho a la intimidad por extraer una frase de una conversación privada.»
Pues siento decirle a esa criatura que si decidió meterse en el juego político, una de las castas que más beneficios da independientemente del grado de incultura del individuo, ha de aceptar que de vida privada e intimidad la justa para echar el polvo de los viernes. Si lo que desea ese individuo es intimidad que se haga monje copto y se vaya a un convento de Etiopía.
Comentado lo anterior sí que creo que subyacen un par de matices importante en sus palabras. A saber:
Primero: Si las barbaridades que se han publicado las dijo en una conversación privada; esto es: en un ambiente distendido donde podía dar rienda suelta a sus pensamientos; significa que esas palabras contienen más verdad que los Principia Mathematica de Newton. O sea, que no fueron dichas como un estúpido exhabrupto dentro del discurso de un mitin, que va. Fueron dichas con toda la convicción del mundo. Conclusión: me acojona este energúmeno.
Segundo: Las rectifica, o se retracta, o vete a saber que hace con ellas; pero lo hace a partir de la amenaza de expulsión formulada por la presidenta regional. Vaya, o sea que no ha ido la Alicia Sánchez a decirle aquello de “nene caca”, “no se toca” para educar al individuo y sacarlo de su error, no. Ha ido la Alicia, le ha metido una somanta de hostias y le ha dicho firmemente “o te retractas o te capo aquí mismo”. Conclusión: A ese nazi no lo ha educado el partido, a ese nazi lo han condicionado como hizo Pavlov con los perros.
O sea que, lo miremos por donde lo miremos, el mejor lugar para seres de esa índole debería ser el presidio o una isla desierta, ya que educar esos mini cerebros en los que no se mueve otro pensamiento que “o vas por donde yo digo o te mato” es un imposible.
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