Si algo es excitante en un relato erótico, pornográfico si lo extendemos hasta el final, es la insinuación por encima de lo explícito.
Me refiero a la posibilidad de que el autor, a través de la palabra, consiga que el lector entre en el juego amoroso como un actor más y construya su propio encuentro hasta donde crea menester.
Es cierto que existen pocos relatos de esta índole, pero la búsqueda de otra cosa me ha llevado a redescubrir algo que hacía tiempo que guardé en una de las estanterías de mi mente.
Degustadlo y no manchéis nada. Los tisúes se inventaron para más usos que el del simple moqueo.
(Nota)
En la voz del propio autor.
1 comentario:
Hace algunos años, bastantes, de mi descubrimiento de Carroll (Charles Dogson para los amantes de la lógica) y de ese poema en particular.
Gracias por redescubrírmelo y gracias por una aportación tan interesante.
Otro abrazo para tí.
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